Contaminación lumínica: las estrellas… no existen
¿Ves las estrellas desde casa? Eres un afortunado porque la contaminación lumínica nos deja ciegos ante la belleza de las estrellas. Pero, lo peor, es que esta contaminación afecta a muchas especies que conviven con nosotros.
Vídeo corto sobre la contaminación lumínica
Un tipo de contaminación que no podemos obviar ante el cambio climático y el impulso de la ola verde tan necesaria, son las emisiones de luz a la atmósfera.
En este breve vídeo de 3 minutos de RTVE podrás ver la magnitud de un problema ignorado por muchos:
- Hay en ciudades donde tienes que alejarte más de 50 km para ver una estrella.
- La sobre iluminación de las ciudades se ven desde el espacio.
- Hay especies afectadas por esta contaminación lumínica, perjudicando su ciclo vital.
- No existe conciencia sobre este tema, ya que cada año se incrementa un 2% esta contaminación a nivel mundial.
- La mitad de los europeos no ven nunca la Vía Láctea.
- Además, la oscuridad es esencial para nuestro propio bienestar biológico. Luz azul y blanca nos perjudica en el sueño.
- De hecho, nos afecta a muchas enfermedades concretas y clave.
- Asociamos luz con seguridad, pero los expertos desmiente ese hecho.
La contaminación lumínica evita disfrutar de las estrellas y afecta al medio ambiente y a nuestra salud
Soluciones ante la contaminación provocada por el alumbrado público
En el vídeo nos hacen las siguientes propuestas:
- Utilizar la mínima luz posible con una luz lo más cálida posible.
- Evitar que la luz entre en los domicilios iluminando las fachadas.
- Aplicar técnicas para ofrecer la luz pública solo cuando se utiliza.
Texto completo del vídeo: «La contaminación lumínica evita disfrutar de las estrellas y afecta al medio ambiente y a nuestra salud»
Empezamos en la oscuridad para ver las estrellas. Algo de lo que, casi nunca, podemos disfrutar en la ciudad.
La culpa la tiene la contaminación lumínica.
Es decir, la cantidad ingente de luz que alumbra nuestras calles o está luz, ahora mismo, que me está alumbrando; que es, justamente, la que no nos deja ver ninguna estrella en el cielo.
En Madrid, por ejemplo, tenemos que desplazarnos 50 km para ver alguna estrella.
En el Puerto de los Leones lo conseguimos, siempre que no miremos hacia la ciudad.
Allí, en el horizonte, tenemos la ciudad de Madrid y su corona metropolitana. Y, al otro lado, pues no tenemos nada. Tenemos un cielo precioso.
Simplemente la única diferencia es la cantidad de luz que tenemos.Hemos sobre iluminado tanto las ciudades que esa luz se ve, incluso, desde el espacio.
Aunque más allá de que no veamos el cielo estrellado es que, esa luz, es un problema gravísimo para la biodiversidad: las luciérnagas, por ejemplo, solo se aparean en la oscuridad.
Eso es porque la hembra se dirige a las zonas oscuras para que su luz contraste más. El macho se ve atraído por la luz y, ahora, pues cualquier otra luz distrae, a este macho, de encontrar a su hembra.
Sin embargo, cada año, el resplandor en el mundo aumenta un 2 %.
Y, según los datos, la mitad de los europeos no ven nunca la Vía Láctea; aunque contemplar las estrellas sea un derecho inalienable.
Además, la oscuridad es esencial para nuestro bienestar biológico.
Un exceso de luz blanca, o azul, puede ser nocivo para nuestra salud porque la hormona del sueño no alcanza sus niveles óptimos.
Varios estudios epidemiológicos han asociado la exposición a luz artificial durante la noche con un mayor riesgo de padecer ciertas enfermedades; como por ejemplo, la obesidad, la diabetes o ciertos tipos de cáncer, como el de próstata, mamá o el de Colón, también.
Solemos asociar luz con seguridad pero, muchos expertos sobre el tema, aseguran que eso es solo una sensación.
Coque Alcázar lleva tiempo intentando que los ayuntamientos iluminen de forma responsable, eficiente y segura.
Lo que tendríamos que tener es, realmente, la mínima luz posible. Una luz lo más cálida posible, temperaturas de color lo más bajas posibles, una luz que no entrara en los domicilios de las de las familias, que no afectara a las fachada…
Todo se resume en una idea:
Lo que tenemos que conseguir es ofrecer la luz necesaria en cada momento.En Alcalá de Henares ya han comenzado hacerlo, muchos de sus puntos de luz se atenúan por la noche.
Cuando no hay uso de la vía pública, cuando el tráfico baja, podemos hacer algo así: podemos reducir el nivel a través del móvil mandado una orden, o programándola.
Ahorramos energía, reducimos emisiones de carbono y se emite menos luz a la atmósfera.
Son los primeros pasos de una transformación lumínica necesaria en nuestras ciudades para que no perdamos nunca nuestra noche.
Expertos que arrojan luz sobre este tipo de polución ambiental
Y estos son los expertos que ha realizado sus aportaciones sobre la contaminación lumínica en este vídeo de Televisión Española.
- Alejandro Sánchez de Miguel es Astrofísico de la Universidad de Exeter
- Anna Palomar Cros pertenece al Instituto se Salud Global de Barcelona (ISGlobal)
- Coque Alcázar es Presidente de la Asociación SlowLight
- Miguel Ángel Ramos del Comité Español de Iluminación. (CEISP)
Ampliando detalles sobre los efectos de la luz en la oscuridad
En este segundo vídeo, también de RTV, podrás ampliar información de sobre la contaminación lumínica y cómo nos afecta tanto la cantidad de iluminación, como el tipo de luz en cuestión:
Tomar medidas para reducir la contaminación lumínica
Actualizo la información de este artículo con esta información del congreso mundial de la naturaleza:
OBSERVANDO que los impactos de la luz artificial de noche se han extendido considerablemente en el mundo entero, generando una contaminación lumínica que, según las estimaciones, sigue aumentando en un 2 a un 6% por año, y reduciendo la oscuridad en todas partes, incluso en las áreas protegidas;
OBSERVANDO que los efectos de la luz artificial de noche afectan a muchos grupos biológicos de fauna y flora, vertebrados y no vertebrados, así como al funcionamiento de los ecosistemas y de los servicios que estos proveen gratuitamente a las sociedades humanas, incluyendo la polinización;
RECORDANDO que una proporción importante de las especies animales son parcialmente o exclusivamente nocturnas, y que un período cotidiano de oscuridad es necesario para todos los organismos vivos, para alternar períodos de descanso y actividad;
RECONOCIENDO que la iluminación exterior nocturna altera la cronobiología de los organismos vivos y su sincronización con su entorno, tanto en los animales como en las plantas, demorando por ejemplo la caída de las hojas de los árboles;
RECONOCIENDO que la luz artificial confunde los sistemas de orientación de muchas especies de fauna (tortugas marinas, aves migratorias, etc.), con graves efectos adversos, y reduce la calidad de los hábitats y la conectividad entre paisajes, con consecuencias para la viabilidad de las poblaciones;
RECONOCIENDO que la luz artificial afecta las relaciones tróficas entre las especies, incrementando el tiempo de forrajeo disponible para las especies diurnas y acortándolo para las especies nocturnas, además de causar la pérdida de oscuridad, tanto para depredadores como para presas;
OBSERVANDO que la luz artificial eclipsa las señales de respuesta antidepredadora, atracción y cortejo de diversos organismos bioluminescentes, incluyendo las luciérnagas y los gusanos de luz;
RECONOCIENDO que los impactos de las longitudes de onda de luz sobre los distintos grupos biológicos son muy diversos (afectando, por ejemplo, al sistema de orientación, el crecimiento, el fototaxismo, el reloj circadiano, la actividad) y que un grupo biológico puede verse afectado por varios tipos de impacto;
RECONOCIENDO que algunas longitudes de onda tienen mayor impacto que otras sobre los grupos biológicos;
OBSERVANDO que actualmente el parque de alumbrado exterior se está reemplazando paulatinamente o se está renovando con tecnologías de diodos emisores de luz (LED) que pueden suponer una mayor intensidad luminosa y una proporción significativa de azul en el espectro lumínico, lo que entraña un riesgo para los organismos vivos y aumenta el brillo del cielo, y que finalmente esto suele causar un aumento de la intensidad de la luz conjuntamente con los ahorros de energía que permiten realizar;
RECONOCIENDO que la mayoría de los Estados, autoridades locales y agentes privados todavía no están bien informados sobre la contaminación lumínica;
RECONOCIENDO que en algunos casos la iluminación tiene por objeto proteger las vidas humanas y los bienes;
OBSERVANDO la magnitud del desarrollo urbano y la cantidad de sitios iluminados de noche sin propósito y su contribución al desperdicio de energía y consiguientemente al cambio climático; y
OBSERVANDO que el Grupo Asesor de Cielos Oscuros del Grupo de Especialistas en Estrategias de Conservación Urbana de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN está preparando un volumen sobre cielos oscuros y conservación de la naturaleza para la serie de Guías de buenas prácticas en las Áreas Protegidas de la UICN;
El Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, en su sesión de Marsella, Francia:
1. EXHORTA al Director General a que ayude a los Miembros y las Comisiones en sus esfuerzos por reducir la contaminación lumínica;2. RECUERDA que es obligación de cada uno velar por la protección del medio ambiente nocturno;
3. EXHORTA a todos los Miembros de la UICN y los organismos responsables de la gestión de zonas terrestres y acuáticas a que elaboren, difundan y apliquen programas de participación, educación y promoción para explicar los efectos perjudiciales de la contaminación lumínica, los beneficios de mantener la oscuridad natural y los métodos para reducir la contaminación lumínica, y dirijan tales programas a todos los interesados apropiados, incluyendo, entre otros, visitantes, usuarios y residentes, tanto particulares como empresas;
4. ALIENTA a las autoridades responsables de la planificación y gestión de la iluminación nocturna exterior y a los encargados de la iluminación exterior a examinar la utilidad de la iluminación existente y luego: i) eliminar todos los puntos de iluminación innecesarios (es decir, aquellos que no son necesarios para la seguridad de las personas y los bienes), y ii) adaptar la iluminación restante en toda la medida de lo posible a las necesidades, incorporando diversas opciones:
a. definir el nivel de iluminación útil a fin de evitar una iluminación excesiva que pueda causar perturbaciones de la diversidad biológica;
b. acortar el horario de iluminación nocturna, particularmente mediante apagado a mitad de la noche;
c. evitar la iluminación en sentido ascendente, eligiendo una luminaria completamente apantallada y flujo luminoso dirigido hacia el suelo;
d. evitar toda iluminación de un entorno natural (salvo por motivos de seguridad);
e. limitar el riesgo de deslumbramiento de especies nocturnas evitando luces exteriores que superen los niveles de iluminación internacionalmente aceptados; y
f. seleccionar las longitudes de onda que tengan menos efectos sobre las especies terrestres según los conocimientos disponibles, lo que indica a día de hoy que conviene utilizar luces ámbar con poco azul;
5. RECOMIENDA que no se iluminen los entornos naturales, salvo por motivos de seguridad, a fin de reducir o evitar la contaminación;
6. RECOMIENDA que las autoridades identifiquen, conserven y rehabiliten las infraestructuras naturalmente oscuras (redes ecológicas formadas por núcleos unidos por corredores, ambos caracterizados por un nivel natural y una periodicidad de la oscuridad nocturna) a fin de facilitar el funcionamiento de entornos nocturnos saludables con abundantes especies;
7. RECOMIENDA que las entidades de financiación de la investigación apoyen la integración de investigación y datos científicos en lo que se refiere a los efectos de la iluminación artificial nocturna en las especies, y que los centros de investigación y las universidades establezcan los programas de investigación pertinentes; y
8. RECOMIENDA que los organismos, en colaboración con los Estados, autoridades locales y actores del sector privado, fomenten la sensibilización mediante programas educativos que aborden los efectos de la iluminación nocturna artificial y las medidas para reducir la contaminación lumínica.
Abraham Velázquez Moraira.
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